A menudo nos encontramos en las plantas de nuestros pies unas pequeñas y dolorosas verrugas. Estas podrían ser simples callos o, en otros casos, papilomas causados por el virus del papiloma humano (VPH).
Este virus penetra a partir de pequeñas grietas y heridas de la piel, siendo los niños un colectivo vulnerable y entre los cuales se contagia fácilmente durante el verano. Cuando el calor aprieta, las piscinas municipales se llenan y, en ellas, el VPH tiene las mejores condiciones posibles para el contagio: mucha gente, pequeñas heridas en los pies, agua por la que desplazarse, y pocas chanclas calzadas (¡extremad las medidas de precaución!)
El virus se multiplica en la epidermis, la capa más externa de la piel, y llega hasta los queratinocitos, produciendo un dolor intenso. En principio, los papilomas son benignos, pero conviene eliminarlos para prevenir problemas mucho más graves. Por ello, si tu dermatólogo o podólogo te ha diagnosticado un papiloma, ¡ven a la Policlínica Pilar Criado a tratarlo, y evita males mayores!