Hola a todos.
Como ya sabéis el mundo de la nutrición está lleno de mitos, casi todos ellos, con escasa o nula base científica. Por eso hoy, vamos a desmontar cinco de ellos.
Allá vamos:
1. La fruta después de las comidas engorda.

Rotundamente falso. Ningún alimento engorda más o menos según el momento del día en que se tome, y la fruta no es una excepción.
Es uno de los alimentos con mayor riqueza de nutrientes (agua, vitaminas, minerales, fibra…), se tome a la hora que se tome. Y aunque su contenido en azúcares (fructosa) es elevado, éstos son muy beneficiosos y necesarios para nuestra salud.
Por tanto, tómala cuando más te apetezca, sin tener miedo de que va a engordar.
2. Todas las grasas son malas.
Por supuesto que no. Existen varios tipos de grasas, las saturadas, las insaturadas y las trans. Los dos primeros grupos son necesarios para el correcto funcionamiento de nuestro organismo, pero en el caso de las trans, sucede todo lo contrario. Perjudican nuestra salud, ya que, entre otros efectos, aumentan el colesterol malo (colesterol LDL) y disminuyen el bueno (colesterol HDL). Están presentes en la bollería industrial, productos precocinados, snacks, embutidos y carnes procesadas (salchichas, hamburguesas…), en cremas y salsas envasadas…Por este motivo, entre otros, es muy recomendable leer bien las etiquetas de todos los productos envasados que compremos.
Las grasas saturadas suelen estar presentes en alimentos de origen animal, como carnes, pescados, huevos, leche…sus recomendaciones dietéticas van a depender del estilo de vida de cada persona (sedentarismo, deportistas, veganos, intolerancias…)
Por otro lado, encontramos en los alimentos de origen vegetal a las insaturadas, por ejemplo en frutos secos, aguacate, aceite de oliva…pero también en algunos animales, como en pescados azules (salmón, atún, sardinas…). Es aconsejable consumir dichas grasas diariamente, ya que contribuyen a una correcta salud cardiovascular.
Así que, en resumen, opta por grasas insaturadas, modera las saturadas y evita las trans.
3. El azúcar es necesario.
Mentira. Podemos prescindir del azúcar (añadido) y seguir estando sanos y vitales. La industria alimentaria emplea azúcar en la elaboración de ciertos productos (prácticamente en el 90% de los mismos) porque es barato, porque realza su sabor y por tanto, acabarás comprando más y porque ayuda en su conservación.
Pero, sabemos que el azúcar además de crear adicción (es denominado por muchos como la «droga más popular y peligrosa del mundo»), acarrea enormes perjuicios en niños y adultos como por ejemplo:
⇒ Sobrepeso y obesidad.
⇒ Diabetes.
⇒ Caries dental.
¿Qué cantidad mínima habría que consumir?
Según la OMS, el azúcar en la dieta no debería exceder el 10% de las calorías que tomamos al día. Se están llevando a cabo unas nuevas directrices por las cuales se pretende reducir dicha cantidad a la mitad.
Como dato señalar que solamente tomando un refresco de cola de 330 ml, estaríamos superando esa cantidad diaria de azúcar.
4. Tomar una copita de vino en las comidas es saludable.
Otro de los mitos más extendidos en nuestro país, que aún sigue muy vigente. El alcohol (ya sea un chupito de anís, una caña de cerveza, un cubata o una copita de vino) es PERJUDICIAL para nuestra salud.

Se trata de una sustancia adictiva que causa problemas en el sistema cardiovascular, aumenta el riesgo de padecer cáncer y por tanto, de muerte.
Si además, lo tomamos diariamente, multiplicamos todos estos factores. Por tanto, nunca, bajo ningún concepto, será recomendable tomar alcohol.
5. Basta con comer menos para adelgazar.
Finalmente, vamos a hablar sobre un tema muy amplio cuyas falsas ideas rondan el día a día de un/a nutricionista.
Adelgazar es un proceso que lleva tiempo, nunca deberá hacerse bajo el asesoramiento de alguien que no sea un profesional de la materia (Diplomado/Graduado en Nutrición Humana y Dietética o Técnico Superior en Dietética).
Así pues, para lograr reducir el peso habrá que tener en cuenta no solo las calorías que se ingieren a través de los alimentos, sino la calidad de las mismas, el ejercicio físico realizado, los niveles de ansiedad de la persona, factores hormonales, calidad del sueño…es decir, los alimentos juegan un papel importantísimo en este proceso, pero no es el único pilar que hay que tener en cuenta.
Es más, reducir la ingesta, saltarse comidas o restringir algún grupo de alimentos NO AYUDA A ADELGAZAR, o al menos, no logra mantener el peso perdido. Es más, puede generar todo lo contrario, más ansiedad, y por tanto, abandono de la dieta.
Por tanto, para adelgazar vamos a necesitar, además de la ayuda de un PROFESIONAL, un cambio de hábitos en el estilo de vida, que incluyen, en general, la alimentación, la actividad física, el control de la ansiedad y la mejora en la calidad del sueño.
Espero que os haya resultado útil.
Un saludo.